OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI |
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HISTORIA DE LA CRISIS MUNDIAL |
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La reseña periodística: EN LA UNIVERSIDAD POPULAR GONZÁLEZ PRADA LA HISTORIA DE LA CRISIS MUNDIAL DECIMA CONFERENCIA DE JOSE CARLOS MARIATEGUI1 LA AGITACION PROLETARIA EN EUROPA EN 1919 Y 1920 El curso de conferencias de José Carlos Mariátegui en la Universidad Popular sobre la historia de la crisis mundial continúa frecuentado por un público numeroso y constante. A la décima conferencia de Mariátegui, como a las anteriores, asistieron muchos estudiantes y obreros. Conforme al programa del curso, Mariátegui disertó sobre la agitación proletaria en Europa en 1919 y 1920. Explicó, primeramente, los orígenes, las raíces de este período revolucionario. Durante la guerra, el régimen capitalista se vio obligado a hacer numerosas concesiones a la idea socialista. El Estado necesitaba ha adhesión de las clases trabajadoras a la empresa bélica; necesitaba, la colaboración activa del socialismo y los sindicatos; necesitaba adormecer en el proletariado toda voluntad revolucionaria. Por consiguiente, tuvo que adoptar una actitud conciliadora, transaccional, reformista, Los trabajadores gozaron de mejores salarios. Se aceleraron algunas reformas sociales. El Estado asimiló una ligera dosis de colectivismo. Ensayó una política de intervencionismo, de estadismo. Se encargó, por ejemplo, de la adquisición y de la distribución del trigo necesario para el pan de la población. El proletariado y el socialismo consiguieron, en suma, algunas conquistas, algunos progresos que acrecentaron su fuerza y vigorizaron su fe. Al mismo tiempo, las consecuencias de la guerra estimularon y renovaron sus ideales pacifistas. La Revolución Rusa, finalmente, intensificó y exasperó la lucha social. Se inició así un período de avance de la idea revolucionaria y de retroceso de la idea conservadora; un período de ofensiva del proletariado socialista y de replegamiento y retirada estratégica del conservadorismo. Los Estados europeos trataron; por una parte, de ahogar la revolución en Rusia y, por otra parte, de impedir su contagio, su propagación, su generalización en Europa. Contra la Revolución Rusa usaron las armas marciales de la invasión y el bloqueo. Contra los peligros internos de revolución emplearon las armas sagaces de la reforma y del mantenimiento y acrecentamiento de la política benévola inaugurada en el curso de la guerra. Los estadistas más avisados y perspicaces comprendieron que para, detener la revolución había que recurrir a sacrificios más o menos audaces de la idea conservadora. En ese período, la política, la literatura y el programa burgueses fueron señaladamente reformistas y renovadores. La burguesía ratificó entonces su filiación democrática y evolucionista; exaltó el sufragio universal y el parlamentarismo; cubrió la paz de Versalles con la hoja de parra de la Sociedad de las Naciones; creó la Oficina Internacional del Trabajo; reunió en Washington el primer congreso internacional del trabajo, destinado a iniciar una revisión, una rectificación universal de las relaciones entre el trabajo y el capital. Esta política tendía a atraer al camino de la colaboración y de la reforma a los elementos moderados del socialismo y de los sindicatos. Y, en efecto, provocó un vasto y hondo cisma en el campo socialista. Los socialistas y sindicatos revolucionarios crearon la Tercera Internacional. Algunos elementos centristas, intermedios e indecisos, conservaron momentáneamente su independencia, intentaron más tarde constituir una nueva federación internacional que la prensa europea bautizó con el mote de "Internacional dos y medio". Hizo Mariátegui una historia sumaria de estos organismos internacionales de los partidos socialistas y de los sindicatos. Explicó su ideología. Y pasó, en seguida, a narrar los principales episodios de la agitación proletaria en Europa en los dos años siguientes a la guerra. Se ocupó extensamente de la lucha social y política en Italia durante ese período. Concluyó diciendo que a ese período revolucionario había seguido un período reaccionario del cual se ocuparía en las conferencias destinadas por el programa de su curso a la crisis de la democracia y a la síntesis de la situación contemporánea. Y. anunció que el tema de la conferencia póxima son los problemas económicos de la paz (reparaciones, deudas interaliadas, déficits fiscales europeos, inflamiento de la circulación monetaria, depreciación de las monedas, etc.). Al terminar, Mariátegui fue muy aplaudido.
NOTA: 1 La Crónica, Nº 4127, pág. 14. Lima, lunes 10 de setiembre de 1923.
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