OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI

FIGURAS Y ASPECTOS DE LA VIDA MUNDIAL III

 

       

LA CRISIS DE LOS VALORES EN NUEVA YORK Y LA ESTABILIZACION CAPITALISTA*

 

La, relatividad de la estabilización capitalista no podría estar demostrada por ningún suceso con tanta nitidez como por la crisis del mercado de valores de Nueva York. No hace mucho que, comentando la acumulación de capitales en Estados Unidos, los más avisados economistas europeos recordaban que se muere de apoplegía lo mismo que de anemia. El exceso de oro tie­ne, entre otros efectos fatales, el de la inflación de las acciones. La especulación encuentra el más propicio factor en la abundancia de capitalistas que no saben cómo colocar su dinero. La concentración de oro en Estados Unidos que, de un lado, empuja al capitalismo yanqui a la exportación del capital, esto es los présta­mos o inversiones en la industria extranjera, de preferencia en los países coloniales, de otro lado aporta, necesariamente, la tendencia a supervalorizar las acciones y los títulos en el mercado.

Las contradicciones de la economía capitalista aparecen, en este juego, a plena luz.

Las crisis financieras, como las crisis indus­triales, son inherentes a la mecánica del capi­talismo. Y la estabilización capitalista no im­porta, bajo ningún aspecto, su atenuación tem­poral. Por el contrario, todo induce a creer que en esta época de monopolio, trustificación y capital financiero, las crisis se manifestarán con mayor violencia.

Los Estados Unidos son hoy la primera potencia capitalista. La democracia individualista conserva en ese país sus antiguos atributos. El poder está en manos del partido que representa los intereses y el espíritu de la gran burguesía. Nada anuncia ahí todavía inmediatamente un gran movimiento socialista. Sin embargo, nada de esto preserva a la economía yanqui de pruebas como la de la caída de los valores en la bolsa neoyorkina. El oro y sus símbolos bursátiles no viven en tranquilo equilibrio; su juego insidia irreparablemente la salud del más joven y robusto capitalismo.

Hoover se comprometía en los sobrios discursos de su campaña eleccionaria a mantener a los Estados Unidos dentro de su tradición de individualismo. Pero esa tradición entre otras características tiene la de esas repentinas automáticas destrucciones de una parte de la riqueza. Un liberal clásico verá en estas pérdidas algo así como esas sangrías heroicas sin las cuales no se salva de la apoplegía.

 


 

NOTA:

 

* Publicado en Mundial, Lima, 22 de Noviembre de 1929, en la sección "Lo que el cable no dice".